El régimen alimenticio para estar en la zona nació en Estados Unidos gracias a Barry Sears y está basado en investigaciones científicas sólidas y vanguardistas.
Es un régimen donde encontrarás la forma de perder peso, mantenerte en el adecuado de forma permanente y mejorará tu rendimiento físico y mental. Además, te ayudará a prevenir enfermedades.
Sin embargo, antes de iniciar cualquier régimen, te recomendamos que visites a un nutriólogo para que te hagan un examen médico sobre el estado que guarda tu organismo y te asesore a llevar a cabo una alimentación saludable.
Pero, ¿en qué consiste el régimen de la zona? Consiste en aprender a balancear carbohidratos, proteínas y grasas en cada comida, en una proporción de 40 por ciento, 30 por ciento y 30 por ciento, respectivamente.
Si ingieres más carbohidratos que proteínas, tu cuerpo usará la grasa que tienes de sobra para transformarla en energía diaria, logrando que el metabolismo llegue a un equilibrio que nos ayuda a mantener un cuerpo delgado. El régimen de la zona tiene como principal característica que es rigurosamente individual, las cantidades de alimentos a consumir se basan en tu peso, en el porcentaje de masa corporal y en la actividad física que estés realizando.
Este régimen alimenticio nace como oposición a los regímenes ricos en hidratos de carbono. Con el régimen de la zona se tiene más fácil acceso a las reservas de grasa acumuladas (en vez de a los hidratos de carbono acumulados), como fuente de energía, lo que además se traduce en una mayor concentración mental, que ayuda a ser más productivo y a mejorar el rendimiento físico.
En el régimen de la zona te aconsejamos realizar cinco comidas al día, dos de las cuales serán livianas y nunca debes dejar pasar más de 4 o 5 horas entre ellas, ya que de lo contrario se dispara la tasa de insulina y se alteran los niveles de azúcar en la sangre.
Los alimentos que se recomiendan y los que hay que evitar son los siguientes: Evitar los que tengan alto contenido glucémico. Es decir, no consumir los alimentos que aumentan los niveles de glucemia como el azúcar refinado, la miel, la glucosa, el pan blanco, las patatas y todos los cereales, pastas y productos hechos con harina blanca (refinada).
Por el contrario, se recomienda comer aquellos de absorción más lenta y que se encuentran en las frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, debido a que la fibra ayuda a descender la absorción de azúcares y grasas (tanto en cuanto a cantidad como en velocidad).
Proteínas. Dentro de los vegetales, se recomienda el tofu, el gluten o seitán, el alga espirulina, la levadura de cerveza o los germinados de lentejas o soja y todas las legumbres (soja, lentejas, ganbanzos o porotos). Entre las proteínas animales recomendadas están las carnes de pollo, pavo y conejo, así como los pescados azules y el magro del jamón. Yogures y leches fermentadas. Hay que evitar el resto de los productos lácteos enteros y las carnes rojas.
Una de las grandes ventajas de seguir el régimen de la zona es que se pierde grasa corporal, mejora el rendimiento físico en el caso de los atletas y mejora nuestra salud. Lo único que se necesita hacer es mantener un equilibrio en todas las comidas, entre proteínas, hidratos de carbón y grasas. La proporción ideal es de 75 %. Es decir, 3 gramos de proteínas por cada 4 gramos de hidratos de carbono.
Además de la proporción de alimentos, hay que tener en cuenta la cantidad y ésta depende del sexo, el peso, el porcentaje de grasa corporal que se tenga y la actividad física de cada persona. Es un régimen alimenticio que ofrece adelgazar con sensación de saciedad, invierte el proceso de envejecimiento, acaba con los síntomas de muchos padecimientos como menopausia, hipertensión, diabetes y cáncer, entre otros. A su vez, ayuda a controlar las funciones hormonales del organismo, regulando su influencia sobre el metabolismo y manteniendo a la insulina en sus niveles óptimos.
En todos los casos las cantidades de alimentos son muy pequeñas, porque sólo permite consumir 1,100 calorías, que para muchos nutriólogos es una cantidad baja. Sin embargo, quienes simpatizan con este régimen aseguran que es fácil saciarse y al mismo tiempo cumplir con los requerimientos nutricionales. Hay que cuidar que las proteínas sean lo más saludable posible, para no sobrecargar los riñones, pero en general es un régimen sencillo de llevarse a cabo.
Con el régimen de la zona sí se pierde peso, siempre y cuando logres comer menos. No obstante, insistimos, siempre es indispensable que para llevarlo a cabo consultes con un nutriólogo para que te realice un historial médico y vaya controlando tu desempeño.
Es un régimen donde encontrarás la forma de perder peso, mantenerte en el adecuado de forma permanente y mejorará tu rendimiento físico y mental. Además, te ayudará a prevenir enfermedades.
Sin embargo, antes de iniciar cualquier régimen, te recomendamos que visites a un nutriólogo para que te hagan un examen médico sobre el estado que guarda tu organismo y te asesore a llevar a cabo una alimentación saludable.
Pero, ¿en qué consiste el régimen de la zona? Consiste en aprender a balancear carbohidratos, proteínas y grasas en cada comida, en una proporción de 40 por ciento, 30 por ciento y 30 por ciento, respectivamente.
Si ingieres más carbohidratos que proteínas, tu cuerpo usará la grasa que tienes de sobra para transformarla en energía diaria, logrando que el metabolismo llegue a un equilibrio que nos ayuda a mantener un cuerpo delgado. El régimen de la zona tiene como principal característica que es rigurosamente individual, las cantidades de alimentos a consumir se basan en tu peso, en el porcentaje de masa corporal y en la actividad física que estés realizando.
Este régimen alimenticio nace como oposición a los regímenes ricos en hidratos de carbono. Con el régimen de la zona se tiene más fácil acceso a las reservas de grasa acumuladas (en vez de a los hidratos de carbono acumulados), como fuente de energía, lo que además se traduce en una mayor concentración mental, que ayuda a ser más productivo y a mejorar el rendimiento físico.
En el régimen de la zona te aconsejamos realizar cinco comidas al día, dos de las cuales serán livianas y nunca debes dejar pasar más de 4 o 5 horas entre ellas, ya que de lo contrario se dispara la tasa de insulina y se alteran los niveles de azúcar en la sangre.
Los alimentos que se recomiendan y los que hay que evitar son los siguientes: Evitar los que tengan alto contenido glucémico. Es decir, no consumir los alimentos que aumentan los niveles de glucemia como el azúcar refinado, la miel, la glucosa, el pan blanco, las patatas y todos los cereales, pastas y productos hechos con harina blanca (refinada).
Por el contrario, se recomienda comer aquellos de absorción más lenta y que se encuentran en las frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, debido a que la fibra ayuda a descender la absorción de azúcares y grasas (tanto en cuanto a cantidad como en velocidad).
Proteínas. Dentro de los vegetales, se recomienda el tofu, el gluten o seitán, el alga espirulina, la levadura de cerveza o los germinados de lentejas o soja y todas las legumbres (soja, lentejas, ganbanzos o porotos). Entre las proteínas animales recomendadas están las carnes de pollo, pavo y conejo, así como los pescados azules y el magro del jamón. Yogures y leches fermentadas. Hay que evitar el resto de los productos lácteos enteros y las carnes rojas.
Una de las grandes ventajas de seguir el régimen de la zona es que se pierde grasa corporal, mejora el rendimiento físico en el caso de los atletas y mejora nuestra salud. Lo único que se necesita hacer es mantener un equilibrio en todas las comidas, entre proteínas, hidratos de carbón y grasas. La proporción ideal es de 75 %. Es decir, 3 gramos de proteínas por cada 4 gramos de hidratos de carbono.
Además de la proporción de alimentos, hay que tener en cuenta la cantidad y ésta depende del sexo, el peso, el porcentaje de grasa corporal que se tenga y la actividad física de cada persona. Es un régimen alimenticio que ofrece adelgazar con sensación de saciedad, invierte el proceso de envejecimiento, acaba con los síntomas de muchos padecimientos como menopausia, hipertensión, diabetes y cáncer, entre otros. A su vez, ayuda a controlar las funciones hormonales del organismo, regulando su influencia sobre el metabolismo y manteniendo a la insulina en sus niveles óptimos.
En todos los casos las cantidades de alimentos son muy pequeñas, porque sólo permite consumir 1,100 calorías, que para muchos nutriólogos es una cantidad baja. Sin embargo, quienes simpatizan con este régimen aseguran que es fácil saciarse y al mismo tiempo cumplir con los requerimientos nutricionales. Hay que cuidar que las proteínas sean lo más saludable posible, para no sobrecargar los riñones, pero en general es un régimen sencillo de llevarse a cabo.
Con el régimen de la zona sí se pierde peso, siempre y cuando logres comer menos. No obstante, insistimos, siempre es indispensable que para llevarlo a cabo consultes con un nutriólogo para que te realice un historial médico y vaya controlando tu desempeño.
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